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UMMO-Ciencias

Sitio dedicado al estudio racional del asunto UMMO

D112 Razones por las que los ummitas abandonaron Tierra. Diagnóstico de la situacion en Tierra.

UMMOAELEWEE

Nº de copias 1

Idioma ESPAÑOL

Dirigida a JUAN AGUIRRE CEBERIO

ESPAÑA

 

Fecha 8 Enero de año 1974

 

Señor:

 

Deseo presentarme a usted, pues es mi primer contacto con su persona: Mi patronímico es en expresión fónica aproximada DEEII NOVENTA Y OCHO GENERADO POR DEII NOVENTA Y SIETE. No es la primera vez que he pisado este astro solidificado de TIERRA, y antes de mi nuevo regreso he convivido en su gentil nación con sus compatriotas, durante largos y gratos meses transcurridos en el proceso de estudio que me fuera encomendado por mis superiores, acerca del país España y del país Portugal.

 

Por esta causa, e inducido por bellos y emotivos recuerdos, toléreme que, violando los usos tópicos en materia postal que rigen en su medio social, me adelante en estos párrafos a dedicar un respetuoso y cariñoso recuerdo a compatriotas de usted que según la información que consta en mi poder, usted conoce.

 

Son éstos:

 

Señor FERNANDO SESMA MANZANO, cuya hospitalidad espiritual y bondad, no olvidaremos a pesar de sus posteriores reservas hacia nosotros, por otra parte alumbradas por esquemas más lógicos que los mantenidos cuando sostenía una postura de credulidad emocional.

 

Señor DIONISIO GARRIDO BUENDÍA Cuyo afecto y respeto por nuestra comunidad nos conmovió en unos días en que aún no acabábamos de admitir que ustedes, seres de TIERRA, pudiesen aceptar nuestro testimonio tan sólo basados en afirmaciones expresadas por vía tipográfica. Este hermano suyo facilitó mi difícil misión de establecer un núcleo o microrred en esta nación, que fuera capaz de convertirse en receptora y conserva­triz de nuestros documentos. Por ello, le suplico, Señor AGUIRRE CEBERIO, les haga llegar mi cálido y emocionado saludo. Formaban parte en las fechas en que estuve en TIERRA por vez postrera entre otros respetables herma­nos suyos:

 

Señor ENRIQUE VILLAGRASA NOVOA que apoyó con clara visión del futuro nuestra tesis de identidad, colaborando en la organización de la microred española, junto con entrañables amigos suyos: señor MARTINEZ ANDRES, señor ANGEL DEL CAMPO, señor BORRAS GABARRÓ, señor FERNANDO VILLALBA y señor FRANCISCO MEJORADA.

 

Un saludo emocionado para la dama de España que más cola­boró con ustedes en aquellas fechas, ALICIA ARAUJO.

 

Yo también deseo remitir mi mensaje de adhesión a aquellos de sus hermanos que aún manteniendo una aguda postura crítica hacia nosotros, motivada por esquemas mentales positivistas, dignos de respeto, supieron equilibrar su escepticismo con una actividad investigadora aunada con un profundo interés hacia nuestros hermanos. Por ello mi saludo particular a sus hermanos JUAN ANTONIO CEZÓN ALONSO, JOSE JORDÁN PEÑA, FRANCO MUELA PEDRAZA y VICENTE ORTUÑO BOIX.

 

Aunque en su día ya transmití a mis hermanos aquí desplazados, mi sorpresa agradable, cuando se me informó que dos hermanos suyos habían tenido la gentileza de incluir una dedicatoria a mi nombre en un volumen impreso titulado UN CASO PERFECTO, Háganles llegar de nuevo mi afable saludo a señor ANTONIO RIBERA JORDÁ y RAFAEL FARRIOLS CALVO. Juzgo que su ejemplar es uno de los raros especimenes bibliográficos que tratan de nuestra existencia entre ustedes sin violar el compro­miso de no delatarnos explícitamente. Por la exquisita atención que los autores pusieron en no aludirnos con claridad, lo que hubiera causado trastornos a mis hermanos expedicionarios. Gracias, amigos míos.

 

Sé que con posterioridad a mi vuelta a UMMO, muchos herma­nos suyos perdieron su interés hacia nuestros hermanos, y que otros cuyos nombres poseo pero que me son desconocidos, se polarizaron con lógica curiosidad hacia el análisis de nuestra estancia entre los humanos de TIERRA. A ellos mi saludo, puesto que voy a convivir algunos meses más dentro del área GRAN BRETAÑA-ESPAÑA-PORTUGAL, FRANCIA-MÓNACO, IRLANDA. No es tarea fácil aclimatarme de nuevo a sus costumbres tan distintas de las nuestras, pero al menos me reconfortará saber que sus hermanos que un día fueron mis amigos, seguirán tendiendo hacia nosotros su desinteresado arco de la alianza espiritual, conservando ambas partes su autonomía e independencia ideológicas.

 

Estos años transcurridos les habrán convencido quizá, por si aún abrigaban algún temor, de que el contacto con ustedes no obedecía a móviles proselitistas o a cualquier otro tipo de presión sobre sus encé­falos, que extorsionase sus propias ideas filosóficas, religiosas, éticas o políticas.

 

Si a través de nuestros escritos pese a todo, modificaron sus estructuras mentales, ello es consustancial con todo proceso de informa­ción y no por esto tales cambios podrán evaluarse como profundos y negativos. Los que pensaron en que ustedes pudieran convertirse en miembros de una organización sectaria o correligionarios de una nueva doctrina, erraron ostensiblemente, pues jamás ha estado en el ánimo de mis herma­nos, ni cuando yo estaba en la TIERRA anteriormente, ni en los que nos sucedieron posteriormente, convertirles en agentes de nuestra causa, que no ha sido jamás más que una operación de estudio sobre la biosfera y socioesfera de TIERRA.

 

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Un largo proceso sociológico en la red humana de Tierra, ha transcurrido desde que los hermanos míos a los cuales estoy sumiso me ordenaron el abandono de su astro frío. Y ustedes han acusado sin duda en sus organismos y capacidad mnémica, los avatares de ese sociodina­mismo. También mis hermanos exploradores que aquí quedaron tuvieron que ir adaptándose a las circunstancias, y modificando criterios en la planificación de nuestros estudios.

 

Nuestra marcha de planeta Tierra, fue inevitable. Los már­genes de seguridad impuestos por nuestros superiores, márgenes por otra parte, evaluados mediante la concurrencia en una función de seguridad, por múltiples parámetros, que nosotros cuantificamos mediante procesos complejos de cálculo, fueron alcanzados y aún sobrepasados en los meses críticos que ustedes atravesaron a fines del año 1973.

 

Violamos por una vez nuestra norma de no brindarles prueba alguna de nuestra identidad, cuando mis hermanos les comunicaron con antelación que se marchaban, síntoma para los que nos conocen, de que una guerra de consecuencias impredecibles con alto grado de fiabilidad, se avecinaba.

 

Aún una violación más grave decidieron enfrentar, cuando con unas pocas fechas de anticipación se les comunicó que los Estados Mayores de las grandes potencias preparaban una guerra nuclear, en el caso de que la parte más débil o razonable no aceptase la coacción que suponía una movilización logística de los instrumentos disuasorios de ata­que atómico. Ustedes mismos pudieron convencerse de que nuestra infor­mación era tristemente auténtica.

 

Se me informa que mis hermanos mantuvieron un serio debate en torno al problema que suscitaba la situación. No avisarles del peligro y omitir la ayuda que modestamente podíamos ofrecerles, dándoles la oportunidad de refugiarse en nuestras bases subterráneas, hubiera sido una opción cruel e injusta hacia los pocos amigos esparcidos en el planeta Tierra aún considerando que muchos no se hubiesen beneficiado de ella, bien por la imposibilidad de desplazarse hasta ellas, o por una lógica postura de inhibición, inducida por la desconfianza, el temor, la imprevisión o móviles íntimos de carácter moral.

 

Como contrapartida, revelarse ese celosamente guardado se­creto por algunas cancillerías, entrañaba serios riesgos: Para ustedes si una inevitable imprudencia filtraba tales datos hasta acceder a alguna embajada u organismo gubernamental, que se hubiera sin duda sorprendido en alto grado al comprobar cómo un secreto de Estado llegaba a niveles  habitualmente incapaces de acceder a los datos calificados como “muy se­cretos”. No es un secreto para ustedes qué tipos de coacción se emplean entre los seres de Tierra para extraer de los profanos la información so­bre las fuentes, o cómo se elimina físicamente a los que la poseen.

 

Pero es que para mis hermanos mismos, revelarles aquello, suponía ofrecerles una prueba muy sólida de nuestra existencia como grupo capaz de procesar alta información, en contra de nuestros reiterados esfuerzos de ser ignorados.

 

Hemos deteriorado por tanto una de nuestras bases estratégicas de nuestra estancia en Tierra, que permitía comunicarnos con ustedes, sin que ello constituyese prueba alguna de nuestro origen.

 

Por ello: amigos de la Tierra España, nos atrevemos a pedirles algo a cambio de la buena voluntad que pusimos en la hora amarga para ustedes. Hora amarga que afortunadamente no se trocó en trágica realidad.

 

Procuren “olvidar” que les ofrecimos esa prueba. Expresado de otro modo, no la esgriman jamás para tratar de demostrar a los escépticos que nosotros no somos como ellos creen, sino una organización de bromistas o de ideólogos utópicos o de científicos idealistas o cualquiera de los cientos de hipótesis que sobre nosotros circulan en el astro frío Tierra.

 

Según mis informes, la situación sociopolítica de Tierra atra­viesa una fase más benigna, tan sólo en lo que se refiere a una confrontación nuclear. Aunque en lo que respecta a otros aspectos políticos, no es necesario que les revele, pues ustedes son conscientes de ello, que la escalada de gravedad, no va a alcanzar en mucho tiempo una tendencia descendente.

 

RIESGO NUCLEAR: Con fechas 21 de Diciembre y 3 de Enero de 1974, la República Francesa y Gran Bretaña, han dirigido notas muy duras a la Administración Norteamericana, apoyadas por los siguientes países: Alemania Federal, Holanda, Italia, Dinamarca, Irlanda, Bélgica, No­ruega, amenazando con un pacto hacia el bloque del Este orientado, si sus planes logísticos de ataque nuclear por sorpresa, no eran modificados inmediatamente. Una de las notas aludía directamente a la alarma suscitada por USA. a las bases nucleares de todo el mundo (incluidas las españolas) que fue suscitada sin conocimiento de los aliados euro­peos.

 

El Gobierno Nixon, acosado interiormente por la grave cri­sis provocada por las pruebas acumuladas acerca de la delincuencia del presidente, no ha podido soportar la amenaza europea y en nota dirigida por separado a esas naciones, ofrece seguridades de que el mecanismo logístico está siendo revisado para evitar una nueva iniciativa, si no me­dian medidas agresoras probadas por parte de República Popular China y Unión Soviética. Por otra parte expresa su inquietud ante las noticias que le llegan de R. P. China acerca de una nueva arma de plasma en experimentación.

 

MOVIMIENTOS GUERRILLEROS: Es evidente para ustedes, la escalada en las acciones terroristas, que empiezan a multiplicarse en forma incontrolable. El grave desequilibrio social provocado por unas estructurases injustas, que además de serlo se niegan a evolucionar defendiéndose con la represión desde los estratos del poder, está llevando a unas minorías bien entrenadas, a la desesperación que cristaliza en acciones terroris­tas cada vez más perfeccionadas. Las causas iniciales de tales acciones hay que buscarlas precisamente en la perpetuación de tal estructuración político social. Nuestra información al respecto es que lejos de disminuir el proceso, nuevos contingentes juveniles recurrirán desesperadamente a él, enloquecidos al encontrarse con la falta de otras opciones. Lo que hacen ustedes al lamentarse de tal situación es estéril. Equivaldría a condenar los terremotos o las inundaciones.

 

Las fuentes financieras más importantes con que cuentan tales grupos distribuidos por todo el mundo y que se han desembarazado incluso del control que hasta pocos años hace, ejercían Unión Soviética y República Popular Alemana, son actualmente:

 

República Popular China, Libia, Arabia Saudí, Túnez, Albania, República de Cuba y determinados sectores financieros de Estados Unidos, Irlanda, País Vascofrancés, Marruecos, Egipto, Mauritania, Argentina Suiza. El riesgo más grave; A nuestro juicio lo constituyen las informaciones de que en el futuro comenzarán a utili­zarse jets teledirigidos para el atentado contra dirigentes políticos y otros objetivos. El suministro de cohetes de fabricación soviética y procedentes de excedentes de la pasada contienda árabe israelí no da­rán gran resultado puesto que sus cabezas exploradoras basadas en la detección de espectro infrarrojo, sólo los harían aptos contra aerona­ves u otros objetivos menos precisos. Pero ese descubrimiento en la posibilidad de utilización de jets, ha inducido a los mandos de las organizaciones guerrilleras a estudiar otros modelos teledirigidos.

 

En una reunión del Comité Central del Partido R. Popular China con fecha reciente: 7 de Enero de 1974, se debatió la posibilidad de suministrar cabezas nucleares compactas, capaces de ser transportadas desmontadas, hasta los puntos asignados como objetivos, por los movimientos guerrilleros urbanos.

 

Aunque las conclusiones han sido provisionalmente negativas, prevemos que tal situación puede llegar a ser reconsiderada en futuro no lejano. Sospechamos que van a vivir ustedes jornadas no lejanas, bien sombrías. Les repito lo que mis hermanos les adelantaron en las últimas cartas: La tolerancia de regímenes sociales injustos está provocando una reacción de consecuencias gravísimas. El binomio funesto acción-represión pudo ser frenado a tiempo mediante una evolución lenta hacia formas sociales más soportables para los estratos sociales más débiles e infortunados. Una vez que los inhibidores normales hasta ahora, (religión, educación, autoridad reconocida, medios publi­citarios) están fallando va a ser positiva cualquier estimulación de los leaderes de masa, para una acción desesperada de los que de todos mo­dos no pueden encontrar una vía soportable para su marginación.

 

Hasta ahora esos estratos sociales no disponían de instru­mentos adecuados para enfrentarse a la acción técnica represora de los Estados de Tierra. Tal situación está virando peligrosamente, desde el momento que los hombres de ciencia comprenden que les es más ético ponerse al servicio de los desposeídos, que a las órdenes de unas olí­garquías dominantes.

                                                         

Pensamos que analistas de Tierra, han llegado a describir con gran precisión el origen de los males que aquejan a la red social humana de ese astro frío, por lo que intentar en unos folios mecanografiados, una síntesis fiel de nuestro concepto al respecto, no clarifica­ría demasiado las ideas vertidas por tales sociólogos hermanos suyos.

 

Comprendemos sin embargo que para ustedes, abrumados por una vorágine de información contradictoria, les será dificilísimo al intentar clasificar y seleccionar las diferentes versiones, localizar aquella que por estar menos polarizada y se nutra de datos fiables procedentes de buenas fuentes, pueda ser calificada de imparcial y objetiva. Ya mis hermanos en diferentes mensajes a ustedes dirigidos, aludieron siquiera superficialmente a las causas de las crisis de desmoronamiento a que se ve sometida toda la cultura de Tierra.

 

Crisis en las concepciones filosóficas, porque los pensado­res de Tierra van descubriendo que la lógica aristotélica y su dialéctica semántica, no les basta para encarar los problemas más trascendentes de la vida y el universo, pues si bien esa misma lógica con sus márgenes de error resulta perfectamente válida ante problemas de pensamiento  cotidiano, sociología doméstica, tecnología, y algunas parcelas de la ciencia que sólo atañen a la macrofísica y a la macrobiología, distorsionarán terriblemente la verdad, cuando tal instrumento lógico pretenda aplicarse a problemas teológicos, psicológicos, microbiológicos, cosmológicos, y sociológicos en general. Esta distorsión se traduce en esque­mas científicos y sociopolíticos variados, que inducen a los partidarios de una u otra concepción, (todas ellas deformadas) a entrar en conflicto. Conforme la aportación de nuevos datos va integrándose en tales escuelas o concepciones, y estas adquieren una estructura compleja (pero ya aberrada en su origen), la psicodinámica de las microrredes sociales a ellas adheridas, alcanza niveles umbrales que han de traducirse en graves tensiones en su seno (revoluciones, abandono del sistema, evasión o huida hacia formas mágicas e irracionales) Este ha sido siempre el fin de las diversas escuelas o campos y sistemas del pensamiento. Pero hasta ahora, ustedes conocían tales crisis, en forma aislada en el espa­cio y en el tiempo. Mientras una religión o doctrina científica hacía cri sis, las restantes atravesaban una fase normal o de apogeo quizás.

 

Para nosotros el tiempo tal como lo conciben ustedes no existe. Es precisamente un flujo de información creciente, que se enri­quece sin cesar, y que a la vez podrá cuantificarse relacionándolo con nuestro concepto de IBOZOO OUUU. Si esa información es acumulada mediante pautas válidas, es decir, si es condensada mediante reglas semánticas perfectamente coherentes, es decir, si es pragmáticamente procesada en sistemas complejos que ofrezcan una imagen válida de la realidad cosmológica, tal crisis no se produce puesto que no se constituirá en fuente de ansiedad, de frustraciones, de alienación como ustedes mismos dicen.

 

Pero si el tiempo acumulado gradualmente (la información) es procesada incorrectamente (queremos decir, utilizando unas vías lógicas insuficientes para aprehenderla) y al utilizar esas bases semánticas pobres se adulteran tales datos, la red de conocimientos resultantes, (sistema político, religioso, social, científico) termina siendo una imagen fantasma del mundo subyacente, de la realidad. Imagen que al no encajar en el, provoca primero la desilusión, la angustia o ansiedad, y luego la huida alocada y sin planteamiento serio de objetivos, hacia otras formas de vida y pensamiento más cómodas y por ende aún más irracionales.

 

En el momento presente y por primera vez en la Historia de ustedes, todas esas corrientes ideológicas, se convierten simultánea­mente en imágenes fantasmagóricas: Dicho más correctamente, por pri­mera vez todos sus seguidores toman conciencia simultáneamente de que tales sistemas son aberrados en algún grado.

 

Esto crea como de hecho está ocurriendo entre ustedes, una reacción de pánico a escala mundial. Los humanos de Tierra sienten que los pilares ideológicos sobre los que se sentían seguros se derrumban a sus pies. Son de lodo movedizo. El vértigo que tal vacío supone se traduce en proyecciones suicidas de desesperación. Deja el cortex de regir con patrones racionales la conducta humana, para ser sustituido por estratos más antiguos del cerebro (paleocortex). No pueden entonces ex­trañarse de que los primeros resultados de esta demoledora crisis sea el terrorismo, la evasión de grandes sectores de adeptos a los grandes sistemas ideológicos, hacia movimientos sectarios ingenuos y dogmáticos de carácter supersticioso que prometen refugio y el acceso a la “Verdad' o el “Conocimiento Superior” a sus prosélitos, con lo que el ser humano en vez de afrontar su desgracia y luchar para atenuarla, la agrava aun más drogándose con ideas mucho más aberrantes y absurdas que las que acaba de abandonar. Surge así una espiral de expansión en la deforma­ción de esa información, que ustedes están viviendo en estos desventurados días.

 

Las lamentaciones que ustedes hacen a través de los canales de opinión pública y en sus conversaciones privadas, resultan estériles como ya les apuntaba al principio de este mensaje. Condenar tal acto te­rrorista, o la afición hacia formas de evasión, como ciertos deportes, señalando directamente a los autores, es ingenuo e injusto, pues no se­ñalan a las genuinas causas primeras de tales anomalías.

 

Esa deformación de las grandes concepciones que ustedes poseen sobre el mundo (Teoría macrofísica de la Relatividad, y Teoría Cuántica, doctrina económica Capitalista, doctrina político-económica Marxista, Hinduismo, Cristianismo, Islamismo, Existencialismo, Socia­lismo de Estado y otras) tienen por supuesto distinto grado de valor. Esto significa que inteligentemente sus hermanos debieran saber optar por aquellas que dentro de su estructuración perturbada, ofrezcan las más elevadas cotas de fiabilidad, que serán precisamente las que cuenten con unos argumentos racionales y humanistas más sólidos. De ese modo pensamos que con sensatez deben aquellos hermanos suyos angustiados, reflexionar mucho antes de abandonar su actual status ideológico. Pero analizando sus actuales creencias en busca de síntomas de descomposi­ción o corrupción semántica, racional o cosmicoética. Así, todo concepto que ofrezca argumentos en base a relaciones analógicas sustitutorias de las causales (Ustedes denominan “mágicos” a tales conceptos, resultan perturbadores. Los conceptos filosófico-sociales que propenden a una estructura de la red humana, basada en el privilegio de las minorías o en la marginación de otras minorías, son gravemente intoxicantes.

 

Aquellos que no supongan el respeto hacia el ser humano como unidad, o la red social como estructura, velando por sus libertades básicas, son conceptos corruptores que deben ser rechazados.

 

Debe desconfiarse de las doctrinas nuevas cargadas de tópi­cos o axiomas que ya antaño fueron formulados por otras Escuelas. Constituyen esquemas eclécticos que ustedes podrían comparar a trajes reali­zados con remiendos procedentes de otros avíos.

 

Y una premisa debe presidir siempre a esta opción de cambio: DESCONFÍEN SIEMPRE de cualquier esquema ideológico que prometa aspiradas metas tales como (paz social, tranquilidad y paz interior, al­cance de la VERDAD, conversión de la mente, alcance de un CONOCI­MIENTO SUPERIOR, santidad, FELICIDAD, armonía psíquica y social, AMOR, etcétera) con un mínimo esfuerzo, o mediante ejercicios mentales o místicos. Todas estas metas ideales, para alcanzarlas, requieren un enorme esfuerzo, un estudio cuidadoso, y es obra NO DE UNA SOLA PERSONA, sino de la RED SOCIAL, y fruto además de varias generaciones.

 

Nosotros: Humanos procedentes de otro astro, y mudos espectadores de su tragedia, caeríamos en una grave falta si les mintiésemos piadosamente haciéndoles fraguar vanas esperanzas.

 

Usted, Aguirre Ceberio Juan, y sus hermanos deben reflexionar que esas metas ansiadas no se consiguen tan fácilmente como postulan ciertas ideologías orientales de Tierra (Hinduismo, Budismo), tratando de psicodinamizarse hacia el interior, huyendo del mundo que les rodea, tratando de modificar primero sus “mentes” antes de modifi­car el medio.

 

Tal ilusoria falacia, puede arrastrarles a la miseria más espantosa, pues el humano que honestamente pero alienántemente trata por vía ascética o mística de transformarse a sí mismo, para alcanzar su paz o un conocimiento superior, olvidando simultáneamente sus compromisos con la Sociedad, al abandonar su red y provocar en ella trastornos de consecuencias irreversibles, generará hambre, revolución, miseria que a su vez incidirán sobre ellos mismos, yugulando el progreso somático de sus propios cuerpos ¿Y cómo puede un sistema nervioso central, base de esos procesos mentales que desea transformar, evolu­cionar sin las mínimas condiciones de higiene satisfacción de suministro energético y proteico o estabilidad del medio físico-biológico que nece­sita ? Ustedes mismos han sido testigos de la inmensa miseria que tales ideas provocaron en naciones como China, Indonesia, India, Península Indochina, hasta que la influencia de otras naciones ha racionalizado y mitigado tal estado.

 

Sabemos no obstante que es posible una síntesis beneficiosa de tales concepciones, puesto que una vez que el compromiso con la Sociedad ha sido satisfecho, sus hermanos harán bien en intentar un cierto grado de reconversión de sus mentes.

 

Les reiteramos, aunque nuestra afirmación les resulte som­bría, que necesitan modificar muchos parámetros que hoy rigen el proceso sociodinámico de su biosfera, antes de que sus descendientes empiecen a vislumbrar la realidad de esas metas anteriormente citadas. La paz de ese atribulado medio social deberán fraguarla con tesón y trabajo durí­simo en el que muchos de sus hermanos caerán sacrificados por el egoísmo y la ceguera mental de sus otros hermanos enfermos.

 

El conocimiento supremo no se alcanzará jamás, pero unos esquemas cosmológicos más fieles sólo pueden ser obra del esfuerzo es­peculativo empírico y analítico de millones de seres humanos, incrementando la información que ya poseen.

 

En este punto, el mayor trastorno que observamos entre ustedes es que los humanos con mentalidad creativa, científicos y pensadores, son marginados en beneficio de los humanos con mentalidad de aplicación (técnicos). Mientras aquellos con una elevada sensibilidad hacia el progreso de la Humanidad y la crisis que padece, tratan de aliviarla, estos últimos están dominados por los sistemas oligárquicos que ejercen un poder nefasto, estructurando la Sociedad hacia unas metas (consumo, bienestar artificial…) que la hace más y más desgra­ciada. Es la mala aplicación de la Ciencia (es decir la perversión de la tecnología) la que esta provocando esta crisis fatal que padecen. No es la Ciencia pura quien provocará el colapso que con gran probabilidad se les avecina.

 

Usted, humano Aguirre Ceberio Juan, deseará sin duda inte­rrogarme: ¿Qué remedios existen? Es obvio que en manos de usted y sus hermanos allegados nada o muy poco pueden hacer.

 

Sólo si grandes estratos sociales y las minorías intelectuales se rebelan contra la opresión de los actuales centros decisorios de poder, modificando en parte la sociodinámica de los sistemas, podrá sortearse ese colapso. Ello supone grandes modificaciones:

 

Equilibrar oferta y demanda de bienes hasta alcanzar un de­sarrollo inferior a las cotas alcanzadas hoy, reeducar a las masas en los principios humanísticos que supongan el respeto para las opiniones de toda índole.

 

Control de la base social sobre los centros de poder.

 

Eliminar los recursos tecnológicos que no resulten necesarios.

 

Redis­tribución de la energía hacia sectores necesitados en perjuicio de los improductivos.

 

Ayuda a las naciones con escaso Producto Nacional Bruto

 

Desarme a todos los niveles y destino de esos presupuestos a otros sectores necesitados.

Separación de las generaciones jóvenes en centros de reeducación, para preservarlas de los esquemas de pen­samiento periclitados.

 

Como observará usted, un programa utópico nada sencillo de llevar a la práctica sin la toma de conciencia de amplios sectores de la Humanidad de Tierra.

 

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