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UMMO-Ciencias

Sitio dedicado al estudio racional del asunto UMMO

D116 El regreso a Tierra en 1978. Resumen de las relaciones pasadas. CIA.

UMMOAELEWEE

Número de copias UNA

Idioma ESPAÑOL

 

ESPAÑA 23 de Mayo 1978

 

Señor:

 

Permítame que me presente, aunque ello reporte una reacción de sorpresa e incluso una dosis lógica de incredulidad por su parte. Mi nombre es en trascripción fonética para usted, EIDOUAA AA 42, hijo de EIMEII 12, procedente de un astro frío llamado UMMO. Puede usted constatar la idoneidad de mi identidad a través de nuestro sello cuya autenticidad tal vez podrá ser avalada por su hermano español Rafael Farriols Calvo residente en Barcelona. Nos consta que en varios países han circulado cartas apócrifas atribuidas a mis hermanos y sin duda usted preferirá constatar que este texto posee un origen genuino.

 

Nos dirigimos mis hermanos y yo a usted, porque habían lle­gado a nos, noticias acerca del alto grado de fiabilidad que usted amablemente concede a los datos acerca de nuestra existencia. Es cierto que tal actitud es más emocional que racional, pues mis hermanos ya tuvieron cuidado de no aportar excesivas pruebas objetivas acerca de nuestra identidad y procedencia. Necesitábamos del escepticismo humano de Tierra, para poder convivir entre ustedes, pero nos vimos sorprendidos al comprobar como unos pocos hermanos suyos de Yugoslavia, Australia, Francia, España, Canadá y otras naciones, dejándose llevar por impul­sos afectivos, creyeron en nosotros sin mediar argumentos de orden científico.

 

Naturalmente ello resultó halagador para aquellos de mis hermanos que entonces se encontraban en Tierra e iniciose al punto, una copiosa correspondencia unilateral que comprendió un extenso dossier de informes en cifra superior a los seis mil setecientos en varios idiomas. Sólo pusimos como condición que los reducidos grupos afectos a noso­tros en estos países, no se pusieran en contacto mutuo con los de otra nacionalidad, y que los documentos no trascendieran a la red social te­rrestre por temor a que ello implicase un boom publicitario que nos obligase a marcharnos de su astro frío. En parte, ello ha sido cumplido aun­que hoy ya el riesgo para nosotros es casi nulo ante las inevitables fil­traciones sufridas. Usted mismos ha comentado públicamente datos sobre nuestra existencia y no estaba obligado a la reserva mental, mediante compromiso alguno.

 

Mis hermanos han estado fuera de su astro frío un gran intervalo temporal. Regresamos a Tierra en una expedición, en octubre, aterrizando en Dinamarca. Una pequeña expedición a mis órdenes se en­cuentra en el centro de España, mis otros hermanos se hallan en estos momentos en Dinamarca, Inglaterra, Nepal y Canadá. Yo personalmente es la segunda vez que estoy entre ustedes. Estudié idiomas Inglés, Español y Alemán y me han especializado en cultura y pensamiento hispanos. Mi profesión en Ummo esta vinculada al análisis de sistemas bioquímicos para la síntesis de alimentos. Concretamente mi especialidad estriba en la codificación en lo que ustedes denominan polinucleótidos, de bases para la génesis de organismos productores de cadenas proteicas. Estudio en estas fechas la evolución de la sociedad española en sus facetas eco­nométricas y dicto esta carta a un hermano suyo del país, que ya fue co­nocido por los expedicionarios que me precedieron. Este hermano suyo es un admirador nuestro y nos ha prestado valiosos servicios.

 

Deseamos satisfacer algunos puntos interrogativos formulados por sus hermanos a lo largo de estos tiempos. Así, ellos se preguntaban acerca de la razón de nuestro silencio. En primer orden ello se debió a nuestra ausencia de Tierra pero antes mediaron consideraciones de otro nivel. En contra de nuestra petición de secreto, se filtraron xerocopias de nuestros documentos a otros medios y esto reportaba un riesgo para mis hermanos que entonces se hallaban aquí. Especialmente en España esta incontinencia se hizo más aguda que en otros países cuyos hermanos suyos fueron más prudentes y cautos. Fue preciso desencadenar nuestras estructuras de autodefensa, consistentes en poner en circulación argu­mentos en contra de nuestra existencia real, que ya teníamos preparados para una emergencia semejante.

 

Años atrás mis hermanos habían difundido junto con los argu­mentos a favor de la tesis de identidad ummiaoo, falsas pruebas que pu­dieran servirnos de cobertura frente a un elevado gradiente de credulidad por parte de red social de Tierra. Trataré de explicarle esto más explícitamentee, señor Luis Jiménez Marhuenda.

 

Nuestra misión en Tierra es meramente de análisis y estudio. Hemos llegado a España (nuestro primer aterrizaje fue en sitio Francia) como a otros países con deseos de conocer estructura geológica, movimientos orogénicos, biosfera estructura social de los humanos y su amplia Historia y evolución, condiciones de la atmósfera y estructuras del astro principal y de otros Astros fríos incluyendo otro planeta situado más allá de Plutón a 7898 kilómetros (distancia media a su Sol)

 

Nuestras formas de pensamiento (Filosofía) Nos vedan interferir la evolución social de ustedes. Cualquier aportación tras­cendente de nuestra cultura a ustedes que salga de simples informa­ciones acerca de nuestra ciencia y costumbres implicaría naturalmente una injerencia en esa evolución que desde una perspectiva deontológica nuestra, es nociva. No sería posible por ejemplo ofrecerles una solu­ción a la génesis de tejidos atípicos (cancerosos) por ejemplo, sin que ello implicase aportarles datos tecnológicos que los hombres de Tierra aún escasos de formación ética en determinados estratos socia­les, podrían aprovechar para fines nada ligados a la medicina sino tal vez a la destrucción. Incluso en el plano filosófico, un injerto a sus escuelas de pensamiento, procedente de nuestra Ontología, viciaría la normal evolución de la Metafísica humano-terrestre. Todo transvase de cultura provoca daños irreparables en las leyes normales de evolu­ción en una red planetaria social.

 

Recuerdo que cuando mis hermanos que me precedieron en sus viajes a esta Tierra, comenzaron a mezclarse entre ustedes apro­vechando que su configuración anatómica era muy parecida a la de ustedes (Ello ocurre por ley evolutiva en planetoides con parecida estruc­tura y dimensiones) temieron darse a conocer como procedentes del astro UMMO. Su temor era desorbitado. Un mejor conocimiento del psiquismo humano terrestre les disuadió acerca del particular. Tímidamente al principio y con más desenvoltura después iniciaron contactos con algunos científicos a los que aportaron determinados datos que no pudieran provocar daños, y escogieron además en diversos países una selección de hermanos suyos ciudadanos de standard culturo-social y econó­mico tipo medio, pero que tenían en común un rasgo distintivo. Ellos eran amantes del tema UFO, y ese hobby los acercaba en cierta manera, espiritualmente a nosotros. Mis hermanos de aquellas expediciones me relataron que, en principio, no esperaban ser demasiado creídos. Espe­raban, por el contrario, que ellos guardaran los informes como mera curiosidad procedente de algún trastornado mental, con el fin de que si en un futuro se optaba por nuestra jerarquía un contacto formal con los gobiernos de Tierra (Entonces tal posibilidad era contemplada seriamente por mis hermanos jerarcas) aquellos documentos formasen la protohistoria de tales relaciones con los humanos de Tierra.

 

Estaba entonces en Tierra como jerarca de la expedición, YU 1, una hermana mía (hoy tristemente fallecida en accidente) mujer inteligente que supo como nadie comprender el psiquismo de ustedes, y comprendió que el riesgo era mínimo frente a WIIBEAA 43 hijo de WIIBEAA 40 que se negaba con énfasis a establecer contacto alguno. Las tesis de mi hermana prevalecieron en aquella época. Al principio, las reacciones de ustedes parecieron dar razón al segundo. Un gran número de corresponsales creyeron en nosotros y llegaron a un grado de mitificación de nuestra humanidad rayando en lo peligroso desde el punto de vista de higiene y equilibrio mental. Se corría el riesgo de que la noticia trascendiera creándose corrientes sociales turbulentas acerca de unos seres procedentes de otro Astro frío. De hecho las noticias sobre UEUA OEEMM (así llamamos a los OVNIS) estaban gestando una gran psicosis a escala mundial en su Tierra y nosotros no queríamos echar leña a fuego como dicen ustedes en España ¿Cómo podíamos convivir pasando desapercibidos si circulaban rumores acerca de nuestro aspecto? Era peligroso aportarles excesivas pruebas de su existencia real. Entonces se gestó una estrategia tendente en aportar falsos datos junto con otros genuinos, advirtiéndoles noblemente en nuestros informes que así estábamos operando, y que moderaran sus hermanos su fe en nosotros. Esto, señor Luis Jiménez, puede parecerle singular y extraño. Si usted analiza imparcialmente las circunstancias, no lo es en absoluto. Sus hermanos se habían convertido en excelentes amigos nuestros. Pero una genuina amistad reporta por nuestra parte actitud protectora. Ustedes son de TIERRA. Se deben espiritualmente a su cultura Historia y hermanos, ello no podemos enajenarlo jamás, convertirlos en nuestros discípulos hubiera sido algo recusable para nuestros principios ¿Podíamos haberlo evitado si les hubiéramos ofrecido la prueba incuestionable de nuestra existencia? Aún así y algunos se sintieron seducidos por nuestras noticias. Ummo se convirtió peligrosamente en meta ideal de sus vidas y con ello nos plantearon un difícil problema de conciencia.

 

Nuevas complicaciones surgieron años después. Una agencia de información de U.S.A. vino en conocer casualmente la existencia del grupo UMMO. En consecuencia lógica con planteamientos racionales, interpretaron que nosotros constituíamos una organización a las órdenes de otra potencia, y comenzaron un acoso molesto para nuestros herma­nos. Es verdad que estos contaban con medios para evadirles pese a lo enojoso de la situación. Pero ello exacerbó más su acoso e interés.  Llegaron a ejercer vigilancia contra pacíficos canadienses, ingleses y españoles que recibían nuestras cartas, como si ellos fueran nues­tros cómplices!

 

Esto era más de lo que deseábamos nosotros. No podíamos consentir que por nuestra culpa sufriesen hombres de Tierra el cerco inhumano de sus propios hermanos y tuvimos que limitar nuestros con­tactos.

 

Mientras tanto las jerarquías de la agencia de USA se preguntaban intrigadas acerca del porqué, “siendo nosotros” un grupo de espionaje (naturalmente nunca pudieron probar de qué país) nos enmascarábamos haciéndonos pasar por extraterrestres (paradoja que en buena lógica es irresoluble si se plantea la cuestión con patrones racionales).

 

Un momento critico se planteó cuando en España precisa­mente, mis hermanos no encontraron otro aliado mejor que una pobre dama hermana suya, residente en Albacete, con cierto grado de enajenación mental (lo que aparentemente constituía una excelente cobertura y luego no resultó así) La protección de esta señora (que nunca llegó a saber que éramos de UMMO!) llevó a mis hermanos a desventuras sin cuento. Una sirviente suya hizo circular por ciertos medios de la población que nosotros vivíamos en los sótanos, y para colmo de desgracias unos preparados virales, cuyo cultivo guardaban celosa­mente mis hermanos, sufrió por su culpa una difusión infecciosa que podría haber acarreado a la humanidad de Tierra (por culpa nuestra) unas consecuencias terriblemente catastróficas. Ello devino en una rocambolesca operación de mis hermanos que llegó a saltar las páginas de los medios de difusión de la época.

 

El segundo momento crítico surgió cuando tuvimos noticia de la siniestra operación que los jerarcas norteamericanos preparaban. Fue después del famoso informe secreto, que explicaba cómo la Unión Soviética se encontraba en ese momento en un acusado nivel de inferioridad logística, respecto a los Estados Unidos. Algunos expertos opi­naban que era el momento adecuado para desencadenar una ofensiva nuclear relámpago y desarbolar de una vez el poderío de URSS. Mis hermanos supieron de esa reunión secreta en la que el presidente Nixon de mala gana dio luz verde al proyecto. Nos quedamos aterrados. La primera decisión fue tomada en el sentido de tomar nuestras naves y salir del Astro Frío. Luego se reconsideró el proyecto. Nuestras ba­ses eran seguras para resistir una conflagración de esas característi­cas, pero se nos planteaba un problema de conciencia ¿Cómo abandonar a nuestros amigos de Tierra? Decidimos, pese al riesgo que suponía, ofrecer al fin una prueba objetiva de nuestra existencia, ofrecer en di­versos países nuestras bases subterráneas para que se refugiasen. No hubo ataque pero el presidente Nixon dio como usted sabe una alarma atómica en la fecha que anunciamos, y con ello ofrecimos una prueba sospechosísima de que nosotros éramos “más” de lo que queríamos aparentar... El mito UMMO se hizo ya insoportable para nosotros. Sus hermanos no supieron guardar reserva acerca de nuestra existencia y nos vimos obligados a cesar los contactos en Francia y España.

 

Esta, señor, es la síntesis de nuestras relaciones con ustedes. Yo le pido encarecidamente señor Luis Jiménez Marhuenda, que haga llegar nuestras noticias en nivel de fraternal saludo, a las siguientes personas hermanos españoles de usted que no nos ol­vidan. Ofreciéndole el domicilio de una de ellas para que a su través llegue mi misiva hasta ellos

 

Señores españoles: DIONISIO GARRIDO BUENDIA Calle Huesca 29 - 4ºD (MADRID) RAFAEL FARRIOLS CALVO, JUAN DOMINGUEZ MONTES. FRANCO MUELA PEDRADA, JOAQUIN MARTINEZ ANDRES, ENRIQUE VILLAGRASA NOVOA, ANGEL DEL CAMPO  FRANCES, ALICIA ARAUJO, FERNANDO JIMENEZ DEL OSO, ANTONIO RIBERA JORDA, ENRIQUE LOPEZ GUERRERO, JORGE BARRENECHEA, ALBERTO BORRAS GABARRO, HILTRUD NORDLIN  FRANZ, FEDERICO GUIBERNAU.

 

Haría interminable esta lista si incluyese a otros hermanos suyos que están en nuestro espíritu. Para ellos nuestra emocionada gratitud y esperanza. Pero espero no sentirnos defraudados, en que especialmente a los citados haga llegar de algún modo nuestro especial saludo.

 

Y usted reciba simultáneamente nuestro abrazo de paz y respeto. Supimos de usted porque en su población en que reside, usted habló elogiosamente acerca de nuestra existencia y ese rumor llegó a nuestra escucha. Su mente abierta y valiente merece nuestra respetuosa consideración. Nuestro saludo noble a su noble esposa y a los que son queridos para usted. Nuestro saludo hágalo extensivo a los humanos de Tierra.

 

Señor. Ruego a usted que comunique a su Hermano ENRIQUE LOPEZ GUERRERO que reside como sacerdote en MAIRENA DEL AL­COR (SEVILLA) hemos visto su texto en que tiene la gentileza de mencionar y transcribir nuestros informes Es verdad que su gesto, realizado años atrás nos hubiera perjudicado. Hoy este riesgo es casi prácticamente inexistente pues hemos probado que no gesta perturbaciones en la red social. Nadie fuera de un segmento reducido de la po­blación estará dispuesta a creer en nuestra existencia, y ello es bueno para la red social.

 

Igualmente comunique a su hermano ANTONIO ALBADALEJO de (MURCIA) que está en nuestra mente escribirle un breve informe.

 

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